En vísperas de la celebración del Día de Muertos, y con él las diversas recetas y presentaciones de este tradicional alimento que no debe de faltar en el Altar de Muertos.
Llamado simplemente como Pan de Muerto, es una de las ofrendas más tradicionales y su origen se remonta a las culturas prehispánicas de América, durante esta época se hacían rituales similares en el templo de la diosa Cihuapipiltin, dedicados a las mujeres que morían en su primer parto.
Además se asegura que el origen de este alimento data de 1519, en donde en esa época, como parte de una tradición prehispánica, se sacrificaba a una princesa y su corazón era sumergido en una olla con amaranto de donde un sacerdote mordía parte de él como ofrenda.
Después de La Conquista, los españoles impusieron una nueva costumbre, elaborar un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar color rojo, simulando la sangre, y es así como surge el pan de muerto.
Otros historiadores han revelado que el nacimiento de este pan se basa en un rito que hacían los primeros pobladores de Mesoamérica a los muertos, a quienes enterraban con sus pertenencias y entre ellas figuraba el pan hecho con amaranto.
Existen otros antecedentes al pan de muerto, como el Izquitil, hecho con amaranto y miel de avispa, el huitlatamalli, que era una especie de tamal, o el papalotlaxcalli, una especie de tortilla con forma de mariposa pintada de diversos colores.
Se llevaban al templo panes hechos a base de amaranto y pan ázimo, maíz seco tostado, con diversas figuras como mariposas o rayos, y era conocido como yotlaxcalli.
Con el tiempo, el pan de muerto se ha convertido en la principal ofrenda que se coloca en los altares para honrar, recordar y alimentar a los familiares y seres queridos en una de las celebraciones mexicanas más características del país: el Día de Muertos.
Otra versión alude a un rito en el que simbólicamente los habitantes consumían un pan de amaranto que era relacionado con Huitzilopochtli, y este pan era repartido entre las comunidades como símbolo de compartir la divinidad.
Con el paso del tiempo, el pan de muerto dejó el amaranto y los tonos rojos para convertirse en un pan dulce que representa los huesos del cuerpo, hoy en día se puede comprar prácticamente en todas las panadería del país, aunque algunas familias disfrutan de prepararlo en casa.
En México, se acostumbra comer pan de muerto los días 1 y 2 de noviembre para recordar a los muertos y reintegrarlos en la vida, el pan de muerto tiene un significado relacionado con la vida y la muerte, su forma circular representa este ciclo, y consiste en una pequeña esfera en el centro de la parte superior que representa un cráneo y cuatro canillas que representan huesos colocadas en forma de cruz para hacer referencia a los cuatro rumbos del universo o los cuatro puntos cardinales del calendario azteca, que se relacionan con los cuatro principales Dioses; Quetzalcóatl, Xipetotec, Tláloc y Tezcatlipoca.
Sin duda esta es una pequeña muestra de la historia del tradicional pan de muerto que pueden encontrarse en las distintas regiones de México, y vivir la historia y la tradición del Día de Muertos.