Dentro de los lanzamientos de la plataforma Max, y una duración de 119 minutos la cinta To Catch a Killer impacta con una violencia repentina y precisa, estableciendo el nivel de amenaza del asesino sin sangre, la película entrelaza cuestiones modernas, como el consumo de medios, con un clásico misterio del gato y el ratón entre la agente del FBI Eleanor y el asesino.

Dirigida por Damián Szifrón con Shailene Woodley, Ben Mendelsohn, Jovan Adepo, Ralph Ineson, ambientado en Baltimore, en año nuevo, un asesino en serie acaba con un grupo de personas con un rifle de francotirador.

Cabe destacar que Damián Szifron es un notable cineasta argentino que está detrás de proyectos como la serie Los Simuladores o la película Relatos Salvajes, pero el problema viene, como tantas veces, por el hecho de que Hollywood suele aplastar la creatividad de los talentos que recluta y suele hacer que sus películas allí, pierdan la personalidad que hizo que Hollywood se fijase en ellos por primera vez.

La agente novata del FBI en el centro, Eleanor (Shailene Woodley), es una protagonista agradable pero defectuosa con una relación convincente con su compañero agente especial Lanark (Ben Mendelsohn).

El mayor activo de la película es su composición del asesino sin mostrarlos a la audiencia hasta el clímax, y donde la escena inicial es importante para presentar al asesino que da nombre a la película.

Muestra su nivel de amenaza, ya que ninguno de los disparos falla y todas las víctimas mueren de un solo tiro en la cabeza, mientras que la mayoría de las películas de asesinos en serie comienzan mostrando la brutalidad del asesino a través de sus grotescos métodos de asesinato, los ataques en esta película no son singulares ni sangrientos, son inevitables para el público y, por lo tanto, una amenaza aún mayor.

La protagonista a la que da vida con mucha intensidad Shailene Woodley es buena prueba de ello, una mujer siempre apartada, siempre dejada de lado, que, por una vez, puede demostrar lo que realmente vale.

El vínculo que desarrolla con el personaje de Ben Mendelsohn, la presencia de ambos y su talento, son el principal valor de Misántropo, donde otros nombres, hacen el viaje más interesante.

El trasfondo de los canales de noticias y la constante expectativa del público por respuestas a la violencia masiva, la historia sigue siendo un gato y un ratón entre Eleanor y el asesino.

Todavía existe la sensación de que el FBI está un paso por detrás del asesino, incluso cuando en cada escena están más cerca de encontrarlo, la película logra esto al alimentar a la audiencia con información de a poco a medida que se descubre.

Por ejemplo, se revela que el asesino es vegano y luego se ve a un hombre en las cámaras de seguridad del centro comercial retirando carne de las sobras de las comidas en el patio de comidas.

Sin embargo, los demonios más profundos de la actuación de Woodley siguen siendo interesantes de ver, la capacidad de Woodley para mostrar a una mujer que está tratando de no dejar que sus luchas personales interrumpan su carrera profesional es tensa y conmovedora.

Ella domina estos conflictos de salud mental en su mente y no se permite abrirse, sin embargo, lo más intrigante de su postura es su capacidad para entrar en la mente del asesino.

Las acciones del asesino se retratan como algo más que un deseo de sangre y destrucción y parecen arraigadas en luchas personales más profundas y donde Eleanor es capaz de descifrar cómo está pensando el asesino y crea un paralelo entre la pareja.

Una buena opción para disfrutar en casa de una buena historia en Misántropo, la cual está disponible en la plataforma de Max.

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