Con las participaciones de Scarlett Johansson y Channing Tatum, quienes trabajan en la cinta La Otra Cara de la Luna, en donde al igual que el equivalente cinematográfico de la canción tranquila de Frank Sinatra con la que comparte título, Fly Me to the Moon es una comedia romántica alegre y desenfadada ambientada en los años 60.

La nueva película intenta agrupar demasiadas cosas en un solo paquete brillante, pero el atractivo de Scarlett Johansson la mantiene avanzando, y el telón de fondo es la carrera espacial, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética luchaban por convertirse en el primer país en poner un hombre en la Luna.

Una introducción con imágenes de noticieros nos permite volver a familiarizarnos con la época, desde el presidente Nixon hasta el conflicto de la guerra de Vietnam.

Scarlett Johansson interpreta a Kelly Jones, una ejecutiva publicitaria emprendedora con un pasado un tanto accidentado, y cierto día se acerca a ella Moe Berkus (Woody Harrelson), un agente del gobierno que quiere reclutarla para promocionar la misión de la NASA de llevar al hombre a la Luna.

Este costoso proyecto requiere financiación continua para que siga adelante, y Kelly tiene las habilidades necesarias para vender esta fantasía.

Su mayor obstáculo es Cole Davis (Channing Tatum), un ex piloto y director de lanzamiento, inteligente, atractivo quien se comporta de manera estricta, pero tampoco aprecia la actitud elástica de Kelly ante la verdad, especialmente cuando finge entrevistas con los medios y utiliza actores para representar al equipo de la NASA porque son más accesibles que la realidad.

Naturalmente, esto genera la dinámica de lo harán o no lo harán, tan típica de las comedias románticas y ciertamente hay algunos momentos provocan el encanto del amor, como cuando Cole lleva a Kelly a dar una vuelta en su avión de nombre Jenny.

Pero a pesar de tener al director Greg Berlanti al mando, y de la química relajada entre Johansson y Tatum, no es suficiente para hacer de este un romance particularmente efervescente, ya que su potencial pareja pasa a un segundo plano frente al lanzamiento en sí.

Jugando con la vieja teoría de la conspiración de que el alunizaje del Apolo 11 fue un engaño, el guión incluso hace referencia al famoso director de cine Stanley Kubrick, el cual le da a la película su motor, haciendo gala de su autoridad gubernamental.

Lamentablemente, Fly Me to the Moon no funciona como una historia cargada de conspiraciones, sino que balbucea como una comedia romántica, en donde se intenta agruparlo todo en un paquete brillante, hasta que se deshacen las costuras.

Lo que hace que la película siga adelante, principalmente, son Johansson y Tatum, en donde para aquellos que buscan un romance agradable a la vista y ligero para el cerebro, esto calmará su curiosidad.