Todo inicio el 10 de agosto del 2020, cuando la Isla San Lucas entró a formar como Parque Nacional gracias a su valor natural, pero también a su importancia histórica y legado cultural, siendo el trigésimo Parque Nacional de Costa Rica.

Pero antes de ser uno de los parques nacionales como nuevo miembro dentro de su historia es de lo más singular, siendo anteriormente una antigua prisión y ahora es un atractivo turístico al público para revalorizar su carácter cultural, histórico y natural.

Ubicada en el Pacífico frente a las costas de la ciudad de Puntarenas, esta isla fue prisión entre 1873 y 1991, conocida como la más brutal de todo el país y en el año 2001, fue declarada Refugio de Vida Silvestre y consiguió escapar del interés de algunos empresarios por construir complejos hoteleros en sus playas.

La cárcel en la isla todavía conserva algunas de las celdas con escritos y dibujos en las paredes, para convertirlos en un atractivo turístico, ahora, la propuesta se ha hecho realidad y ha transformado la Isla San Lucas en un destino de turismo carcelario en medio de una reserva natural.

En sus 472 hectáreas, cuenta con una rica variedad de fauna: monos, ardillas, armadillos, venados, murciélagos, mapaches, serpientes, cocodrilos, entre otras especies de reptiles y aves, además de tiburones martillo, mantas rayas y tortugas que habitan en sus aguas.

Las paredes de lo que sobrevive del centro penal hablan con dibujos, frases, pinturas, poemas, y el desahogo de cientos de presidiarios, quedaron plasmados ahí, y hoy son parte de los atractivos del lugar.

Entre trazos y palabras cuentan sus angustias, sueños y deseos de libertad, como huellas de vidas atormentadas.

En los 117 años que sirvió como cárcel, San Lucas fue inicialmente un sitio para recluir políticos indeseables para el gobierno del entonces gobernante militar, Tomás Guardia, en su segunda fase fue convertida en cárcel de máxima seguridad, donde fueron recluidos los criminales más violentos de Costa Rica.

Uno de los principales atractivos turísticos de Isla San Lucas son los cientos de escritos que se aprecian en las paredes de las celdas, así como grandes dibujos con alto contenido sexual y uno sobre el exfutbolista brasileño Pelé.

Dos de los dibujos más representativos de las paredes de la cárcel son los conocidos como: La Chica del Bikini Rojo y La Chica del Consuelo, dos obras de tamaño real que representaban bellas mujeres y con las que los reos fantaseaban.

Cabe destacar que la Isla San Lucas recibe a sus visitantes, que ingresan en tres turnos, sin posibilidades de permanecer en algunas de sus playas.