Katia y Maurice se conocieron en 1966 en la Universidad Estrasburgo y desde entonces no se separaron más aunque él armó unas películas por su lado, este documental reconstruye a partir de las impresionantes imágenes que ellos mismos tomaron distintas expediciones a Islandia en 1968, a Zaire en 1973, a Indonesia en 1979, Colombia 1985 para visitar los famosos volcanes como el Estromboli, Etna, Nyiragongo, Santa Helena y el Anak Krakatau.

Los Krafft partieron con poco dinero y mucha determinación para comprender a estas misteriosas bestias geológicas, y lograron capturar impresionantes videos e imágenes.

En una escena del documental, Katia se acerca tranquilamente a una fuente de lava incandescente, vestida con una chaqueta roja y un sombrero al tono, cubre su rostro con su brazo simulando una especie de escudo contra el intenso calor y en otra, muestra un lóbulo de roca viscosa enfriado lo suficiente como para formar una costra negra.

Cortesía: Disney+

Krafft fue una intrépida pionera en vulcanología que estudió las cumbres explosivas en un momento en que había pocas mujeres en el campo, en el momento en que un volcán explotó, ella y su esposo, Maurice Krafft, también vulcanólogo, lo dejaron todo para analizar y capturar la belleza y el misterio de cada evento.

Estos asombrosos primeros planos permitieron a los geólogos diseccionar los intrincados detalles de cada erupción como nunca antes, los Krafft escribieron libros, hicieron películas y se embarcaron en giras de medios para compartir sus conocimientos con personas de todo el mundo, creando conciencia sobre los riesgos volcánicos.

Cortesía: Disney+

Los Krafft utilizaron sus imágenes de erupciones explosivas para explicar los complejos riesgos e incertidumbres de estos desastres, sus videos se acreditan como una de las principales razones por las que los funcionarios de Filipinas tomaron en serio las señales de advertencia de la erupción del Monte Pinatubo en 1991, sin embargo, los Krafft no vivieron para ver esa erupción, ya que murieron menos de dos semanas antes, en Japón, durante una erupción monstruosa, que cobró otras 41 vidas.